Protección de las Siembras

Para relatar esta ceremonia tomaré como ejemplo la siembra de papas. Los actos del ritual están a cargo de un machi, al que se supone perteneciente a la brujería. El brujo extrae, durante la bajamar, varias papas que en la playa crecen con aspecto de piedras y las quema en una fogata de “voigue”(canelo) y esparce las cenizas sobre las papas del “hurón”.

Al día siguiente, entierra cuatro papas, una en cada esquina del sitio destinado a sembrar y las riega con un líquido, preparado especialmente y que tiene, como base el “picochihuín” en seguida rodea el predio, dando pequeños saltos, que simulan un baile, al mismo tiempo que entona una canción de siembra (un purum-prun) después disemina sobre el terreno, polvos de “quépuca” (piedra silicosa de los machis).

Llegada a su término esta ceremonia, los interesados proceden a sembrar las papas, untándolas con una pasta preparada por el machi en la forma siguiente: se vacía el contenido de varios erizos de mar, en un dornajo y se mezclan con el polvo de sus conchas calcinadas, hasta obtener la consistencia de una masa viscosa.

El machi aconseja que durante el período de siembra, no deba acercarse ninguna persona que vista luto, que venga del cementerio o de algún velorio.

Cuando la siembra ya está crecida, el machi procede nuevamente a protejerla de los embrujos, regando cada una de las cuatro matas sembradas en las esquinas, con el mencionado líquido de poder mágico. Enseguida revisa todo el sembrado, por si encuentra carne de difunto o piedras sepultadas en el lugar de las semillas, con que los mal intencionados intentan dañar las siembras. Si existen estos elementos, los lleva presuroso al cementerio, en donde les da sepultura.

Estando la siembra en florescencia, coloca una “quépuca”, en un lugar destacado del terreno y la adorna de madrugada, con algunas flores del mismo papal, flores que deben ser retiradas, antes de la salida del sol, cuando ellas se empiezan a marchitar. Con estos tratamientos se supone protegidas las siembras tanto de los maleficios, como del Pilme, insecto que se come los tallos tiernos de las papas.

Haciendo abstracción de sus componentes mágicos, esta ceremonia nos habla sobre la intuición del hombre primitivo, en el sentido de la necesidad de desinfectar las semillas y abonar las tierras, para asegurar buen rendimiento en las cosechas. Lo relatado sobre las papas que el brujo extrae del mar, puede referirse a las papas llamadas “chuñeras”, que son muy semejantes a las piedras y probablemente correspondan a un tipo de papa primitiva.