El Perrito del Árbol

Encontrar unos de estos extraños animalitos, no constituye un hecho infrecuente; cualquier viejo leñador, en su larga lucha contra los gigantes del bosque, ha visto o ha oído hablar de su hallazgo.

En el corazón de un coigue o de un tique, a cierta distancia del suelo y sin comunicación alguna con el exterior, ni siquiera por una grieta, se suele encontrar una pequeña cámara de forma ovalada, muy lisa y brillante.

De acuerdo a la narración (entre otras) del recio capitán Vera de Quellón, quien como buen chilote, alterna las faenas marítimas con las de la tierra, sabemos que si un golpe de hacha, da contra la pared de este pequeño comportamiento y logra abrirlo, saltará presuroso desde su interior, para perderse entre los matorrales, un diminuto animal semejante a un minúsculo perro, de pelaje negro, corto, brillante y lo suficientemente ralo, como para mostrar una piel rosada.

Otro de mis informantes, un habitante de la isla Laitec, cuyo nombre no recuerdo, manifestó haber atrapado uno de estos perritos, que puso en manos de un médico de Quellón para su estudio; pero ignora el resultado del examen y el veredicto del galeno.

Otro relator, manifestó que el aire era nocivo y mortal para el animalillo.

No hay acuerdo, entre los leñadores, respecto a su origen: para unos es un animal que se ha introducido en el árbol en estado adulto, pero no se explican cómo ni por dónde pudo hacerlo, ya que a su comportamiento, no se le observa comunicación alguna con el exterior o con la tierra. Para otros, se ha desarrollado en el interior del tronco, a partir de una diminuta semilla, absorbida por las raíces. En todo caso, sería una especie de parásito del árbol, ya que se nutre de la savia y vive en su interior, como una criatura en el vientre de su madre, sin el funcionamiento aparente de sus órganos esenciales.

Varios roedores utilizan de morada el interior e los troncos de los árboles, pero todos ellos mantienen comunicación visible con el exterior.

Hay quienes aseguran, que el mencionado animalejo no existe y sólo se trata de una visión.

El misterio que rodea el origen, como la modalidad de vida del Perrito del árbol, han hecho surgir a su alrededor una superstición que asegura que quien encuentra uno de ellos, tendrá larga vida y su fortuna se acrecentará rápida y sólidamente. Esta aureola mágica que lo envuelve, hace que sea muy buscado por los campesinos, que tienen ansias de fortuna; buen estímulo para los hombres que se ganan el pan, en el rudo trabajo de los bosques.