La Fiura

La Fiura

Pequeño monstruo, en forma de mujer; el mito la muestra habitualmente, danzando sobre la débil alfombra de un “hualve”, sin temor a que, en cualquier instante se rompa y se la trague el pantano. Detiene su baile, para contemplar su horrible rostro en el espejo de un charco y peinar su larga cabellera con un reluciente peine de plata. Contonea coqueta, su exuberante busto y corre ágil, haciendo flamear su breve pollera roja, en los troncos quemados de los roces, mimetizando sus miembros con los semicarbonizados de ganchos de los árboles. Se escaba entre los matorrales, en busca del fruto de las espinosas “chauras» que come con glotonería. El más leve ruido la asusta, adoptan de súbito, caprichosas y convulsivantes posturas; hace muecas horrendas con su feísimo rostro y con sus ojos chispeantes, ocultos por una descomunal nariz; alarga sus brazos en todas direcciones y mueve nerviosamente los dedos deformes de su enorme mano, en demanda de una víctima, para “tirarle un montón de aire”.

La Fiura, hija única de la Condená, es la mujer del viri Thrauco, más esto no le impide ofrecer su amor a todos los hombres a quienes impone, como severa condición; “aceptarla con los ojos cerrados”. No admite mirada alguna, ni siquiera la de los animales sin aplicar al instante su castigo: El osado que atrevió a mirarla quedará torcido en algún lugar de su cuerpo. Si quien la mira es un niño o un animal, le deforma generalmente las extremidadades, haciéndoles imposible la marcha, » los tulle».

Luchar contra ella, es tarea imposible; posee una fuerza y destreza tal que cuantos hombres quieran pueden pelear con ella pero los deja a todos maltrechos y contusos, cuando no queda “teldelde” (tremulos). En cambio a ella, no se logra asestarle un solo golpe: “es como pegarle a la sombra”.

Las deformaciones causadas por la Fiura, son prácticamente incurables; en casos afortunados, se consigue alivio, utilizando el siguiente tratamiento: al amanecer se corta una rama de una enredadera llamada “pahueldún”, una vez transportada junto al enfermo, se azota, hasta arrancarle la savia; líquido que debe beberse el enfermo y enseguida se la lleva arrastrando hasta la playa, para lanzarla al mar (en Europa, los pueblos primitivos realizaban una ceremonia parecida, con el árbol, que representaba el espíritu de los árboles). Por haber obtenido, con ello, buenos resultados también se aconseja tomar raspaduras de “Piedra de Ara».

A modo de somera interpretación, podemos decir que la Fiura, representa, mirada en un sentido, el primer paso hacia la interpretación o explicación de ciertas deformidades que afectan a los seres humanos y también a los animales; producidas por enfermedades, hoy bien identificadas, como el raquitismo, el reumatismo, diversos tipos de parálisis, etc.,etc.; pero que en épocas remotas eran totalmente desconocidas. En otro sentido podemos ver en la Fiura, al espíritu protector de los bosques (Diana). Y desde el punto de vista sexual, una buena disculpa a los galanes cuyas muchachas le resultaban hurañas… y a la vez un freno para el instinto sexual de los varones.