El Chucao
El Chucao es un pajarillo de cabeza redonda, ojos rojizos y mirada brillante; de colita corta y muy parada. Vive oculto, en los matorrales del bosque y sólo en muy raras oportunidades se deja ver.
Al paso de un caminante, lanza un grito por el lado izquierdo o por detrás, le indica que en su viaje le irá muy mal y sería preferible regresar a su punto de partida. Pero si el grito viene por el lado derecho o por delante, significa que tendrá muy buen éxito, en los objetivos del viaje.
El canto del Chucao, es agudo, fuerte y penetrante y no guarda relación con el diminuto tamaño del ave.
Algunos afirman que cuando el grito proviene de la hembra, que emite un sonido más agudo, canto que se denomina huithral, las desgracias esperan durante o al término del camino. Pero cuando el que lanza su canto, más melodioso y con gorjeos, es el macho, indica buen augurio; en este caso el canto recibe el nombre de chiduco.
Si al viajero, “le grita mal el pájaro”, que es la expresión usual en estos casos, y por tanto ya ha advertido de lo que podría acontecerle en el resto del viaje, puede contrarrestar los anuncios mágicos de su canto, si ellos son, por supuesto, desfavorables, lanzándole toda artillería de insultos obscenos. Ayuda también, según los entendidos, a deshacer el embrujo de su canto, el acto de sacarse la ropa y ponérsela al revés; o detener la marcha y en seguida girar en círculo tres veces, a lo ancho del camino, andando de izquierda a derecha.
Leyendas semejantes a ésta, existen en diferentes partes del mundo; no pudiendo asegurar, por tanto, si los designios de nuestro Chucao, son propios o traídos desde fuera.