La Golondrina Blanca

Hermosa y pequeña ave migratoria, de veloz y elegante vuelo, vive aquí y allá, en busca siempre de un clima propicio. Nadie ignora que su color es azul, pero la leyenda cuenta que las hay también de color blanco; ignoro si existe aun variedad albina, pero si realmente las hay, no se las ve por nuestras tierras, con alguna frecuencia. Razón suficiente para que su presencia, sea causa de gran inquietud y preocupación, de parte de los que logran o creen verla. Se presenta sólo por breves instantes, luciendo su blanco plumaje, parada en el cordel donde se cuelga la ropa a secar. Los moradores, ante esta inesperada visión, que les anuncia un próximo cambio de domicilio, experimentan gran inquietud, ya que nadie había pensado jamás, abandonar esa residencia. Ante esta eventualidad suele ocurrir que uno de los integrantes de la familia, se resiste a dejar su vieja casa y determina permanecer para siempre en donde vivieron sus mayores. Los otros familiares, especialmente los jóvenes, igual que la demás juventudes esas tierras, se irán no sólo del hogar paterno sino también de su querida y pequeña “patria chilota”, para emigrar hacia otras regiones; no sólo por desapego a su terruño, sino que en busca de nuevos y mejores horizontes; ya que nada puede proporcionarles en este sentido, su provincia tan abandonada por el gobierno central que no se interesa en crear nuevas fuentes de trabajo industrial o de
otra índole y contempla indiferente la decadencia de su pueblo.

La presencia de la Golondrina Blanca, es anuncio seguro de cambio de domicilio (la familia “hará maputún”), hacia tierras lejanas, en donde sonreirá la fortuna. Pero este anuncio muy halagador, en dicho sentido, trae también un saldo trágico: indica además que no todos los habitantes de una casa saldrán de ella con vida; alguno ha de abandonarla, para viajar, no a lejanas tierras de este mundo, sino a las remotas e ignoradas regiones de ultratumba.

La golondrina va siempre en busca de un clima mejor, que a su vez le proporciona el ambiente propicio a su vida; no la  detienen el mar, la montaña, ni el desierto para el logro de mejores horizontes; rubricando, con su vida instintiva, una lección que los humanos deberíamos considerar.

La golondrina, Blanca o no, se la supone, en varias regiones del globo, dotada de poderes mágicos, seguramente por ese afán de viajar, siempre hacia ambientes mejores.