La Condená
Los placeres desenfrenados y los vicios, que traen consigo la degradación moral y la desintegración de la personalidad humana, tienen también su genuino representante en la mitología chilota; de modo igual a lo que ocurre en otras regiones de la Tierra. Al personaje que encarna este aspecto negativo y denigrado del género humano, se le conoce con el nombre de «La Condená». El mito, la describe como una mujer de mediana edad, que fue muy hermosa en su adolescencia y juventud, pero en la madurez de su lamentable existencia, muestra una mezcla grotesca de una insinuante, con lo mustio, y lo desfigurado por las huellas profundas e indelebles, que imprime la vida disipada; cuando desbocan todos los cauces de la fuerzas instintivas y de las inquietudes mórbidas en loco frenesí.
En las entrañas marchitas de esta eximia inventora y cultora de todos los vicios, de múltiples placeres exóticos, perversiones y excesos de toda índole, germinó este espíritu del mal, dando origen a una criatura deforme y altamente perversa, digna descendiente de una madre depravada y que a su nacimiento recibió el nombre de Fiura. Esta fue la única semilla que logró fructificar, en ese vientre diabólico, destruido en su fecundidad por su propia simiente, lo que le trajo una congoja sexual, que le roía las entrañas y la llevó hacia el despeñadero.
Si bien este mito, yace en la actualidad, borrado por la pátina del tiempo, la palabra “condená”, continúa usándose con cierta frecuencia y precisamente, para referirse a personas, que se apartan de la línea clara y recta de una conducta moral adecuada por decir las órdenes de ese guía maravilloso que se llama conciencia, juez supremo, que señala la senda de la corrección, la sobriedad, la honestidad, etc.
La personalidad de la Condená, tiene ciertos puntos de contacto, con la diosa Afrodita, de la mitología europea; quien basta recordar tuvo varios amantes e implantó la prostitución sagrada prematrimonial, como venganza y castigo a las demás mujeres.